
¿Patrimonio de la Humanidad?
El 3 de julio del 2003 Valparaíso fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Recuerdo haber estado en el balcón del departamento en el que vivía en ese tiempo -que tenía una vista privilegiada de esta ciudad- escuchando el sonido de bocinas, de las campanas de la iglesia y de sirenas que anunciaban que nuestro Puerto había conseguido tan esperada distinción. Tuve una sensación rica, de emoción. Abracé a mi pareja y celebramos. Es que el título venía de perillas, la cesantía no daba tregua en la ciudad y la desesperanza cundía.
Pero pasaron los años y el mar se empezó a ver más azul.
Hasta hace poco creía que Valparaíso estaba mejorando, y porfiaba a aquellos que insisten en tener una opinión pesimista de la ciudad. Pero bastó que viera la imagen de mi querido "vendedor de leyes" para que todo mi optimismo se me fuera a las pailas. ¿Cómo aquel símbolo porteño cayó de esa manera en la desgracia y yo no me di ni cuenta? ¿qué hice por él?.
Jorge Guerrero representa para mí todo eso que adoro de Valparaíso: la picardía de sus habitantes -aunque en rigor él es un "aporteñado" (otro día cuento la historia de ese particular concepto acuñado por una asertiva periodista)- y la porfía con que acá se vive la vida. Sólo en estas calles se encuentra a gente que sigue desarrollando sus oficios aunque ya no les sirvan para nada. Hasta hace poco pasar por la vereda sur de calle Esmeralda, en diagonal al Reloj Turri, era divertido. Casi siempre, don Jorge me tiraba algún piropo. Voceaba sus libros de tal o cuál ley (obviamente siempre ofrecía la que recién había sido publicada) y entre medio decía ¡pero qué linda esta ley!. Siempre le agradecía sus palabras con una sonrisa y me imagino que todas las mujeres que por ahí pasaban también lo hacían. Verlo siempre con su delantal azul, su barba característica y ese jockey a lo Pablo Neruda, daba gusto. Pero ahora, ¡pidiendo limosnas!, vergüenza debería darnos.
Y es ahí donde me cuestiono todo eso del Patrimonio de la Humanidad. Qué BID, qué Carnavales Culturales, qué Capital Cultural, qué Ciudad Universitaria. Da lo mismo todo eso, que nos llenen de títulos, de piropos y de visitantes que se vienen a mostrar al cerro Alegre. Nada de eso importa si descuidamos lo básico, eso que nos corre por la sangre y de lo que siempre nos jactamos frente al extranjero: la identidad porteña.
No podemos esperar a que el Motemey cambie las tortillas por un tarro limosnero para reaccionar.
5 Comments:
Totalmente de acuerdo...parece que el temporal y la llovizna no dejan de azotarnos...
Y qué se puede hacer?
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Anonymous, at 7:06 PM
A mí me gusta el concepto de los "porteñistas".
Por otro lado estos cambios con los que uno se encuentra de golpe van teniendo antecedentes que pasan inadvertidos. Por ej, el mismo Motemei que mencionas con sus tortillas, hasta el año pasado aún vendía mote y sin embargo , ahora nos parece normal que comercialice el pan en lugar del producto que lleva el nombre de su oficio.
Salu2
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Penelope Glamour, at 8:08 PM
Miro Valpo desde la ciudad del frente y cada día me pregunto cómo pudo caer por el despeñadero urbano de forma tan rotunda. Tú sólo das el último ejemplo de lo vacío que resultan a veces todos esos programas de recuperación. Nos han vendido la pomada de que Valpo es una ciudad de futuro brillante, que el despegue es inminente, que sólo basta un poco de paciencia....que alguien vaya contarle una de vaqueros también a Jorge Guerrero.
Lindo blog
Saludos
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Anonymous, at 5:09 PM
Oaxaca es patrimonio de la humanidad pero hoy lastimosamente nuestros gobernantes estan dejando que se pudra entre interese politicos , espermos y pronto se solucionen, salu2
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Prismatico, at 12:21 PM
me interesó el concepto de "aporteñado"... yo no vivo en Valpo, si cerca de él, y me encanta y mellena de orgullo.. seré "aporteñado"?
recuerdo al vendedor de leyes. un personaje. que lástima la noticia que nos cuenta... lo mas importante son las personas, ellas son las que no se deben desmoronar ni corroer
saludos ¡¡¡
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Alvaro en OZ, at 6:39 PM
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